lunes, 19 de agosto de 2013

Abstinencia (2)

Como complemento a la entrada anterior en la que hablaba de abstinencia sexual o, al menos, abstinencia de orgasmos, recuerdo alguna situación curiosa que merece la pena contar.

La primera fue cuando iba a tener un encuentro con un Ama que habíamos fijado con una semana de antelación y estaba depilándome el día anterior en un centro en el que una vez que la chica terminó me ofreció un masaje y accedí. Después de media hora de caricias relajantes por su parte y de sentirme muy excitado por estar a solas con una chica guapa y dispuesta me informó que podía haber un "final feliz" en el masaje. Le tuve que explicar que para mí, llegar al orgasmo cuando me había comprometido con mi Ama a que llegaría sin correrme desde siete días antes sería muy placentero, pero no un final "feliz". Hubiera disfrutado mucho en ese momento después de haber sido acariciado tanto tiempo pero para mí el verdadero final feliz sería presentarme ante mi Ama tal y como me había comprometido. Y así fue. La racionalidad del sumiso y el poder de un Ama consiguieron salvar la tentación.

En otra ocasión había quedado con una pareja a la que acababa de conocer por internet. Había estado charlando con el marido, ya que buscaban un chico, principalmente para ella. Después de una breve charla quedamos cerca de Alcalá de Henares y juntos los tres tomamos una cerveza mientras nos conocíamos. Hubo muy buen entendimiento, así que como habían reservado una habitación en el hotel Zouk fuimos allí. Ya teníamos experiencias similares todos, así que al llegar a la habitación empezamos a jugar sin problema. Empezamos por un baño en la piscina privada los tres desnudos, acercándonos los dos hombres a la chica, el marido por delante y yo por detrás, acariciando a la mujer, una chica rubia, de ojos azules preciosos, una piel blanca y suave y que gozaba viéndose tan atendida. Volvimos a entrar en la habitación y ya en la cama tuvimos de nuevo besos y manos para el placer de ella. Mientras el marido le penetraba por delante estando ella tumbada sobre la cama era yo quien lamía sus pechos. Y cuando el marido terminó fui yo quien se tumbó en la cama para que ella me cabalgara y su chico besaba su boca, su cuello y sus preciosas tetas hasta que ella se corrió estando yo dentro notando sus contracciones de placer. En ese momento se quedaron los dos mirándome diciendo que ahora me tocaba a mí llegar al orgasmo. Les tuve que decir que yo había ido allí sólo a dar placer, no a recibirlo. Estaba pendiente de una sesión con S.L. y había iniciado un periodo de abstinencia, al menos de abstinencia de orgasmos, ya que no de contacto. Se quedaron asombrados pero más o menos lo entendieron y ya el resto del tiempo fue una charla tranquila. Fue un encuentro muy provechoso y con el tiempo volveríamos a quedar pero eso será ya otra historia. Se había hecho tarde y yo me fui dejándoles solos en su suite donde pasarían una tórrida el noche. Yo pude acudir al cabo de unos días a mi encuentro con SL ofreciéndole 61 días sin un orgasmo.

Y como fin diré que en un par de ocasiones me he visto obligado a fingir el orgasmo. El mito femenino al revés. No me veía con ganas de explicar que andaba en un periodo de abstinencia, algo me decía que con quien estaba no lo iba a entender, así que preferí tener sexo, disfrutarlo, por supuesto, hacer disfrutar pero no llegar yo al orgasmo aunque para ello tuviera que fingir... y funcionó. Nunca pondré la mano en el fuego de si alguna chica ha fingido conmigo, pero en mi caso he procurado dar siempre el máximo placer y, cosas de la vida, hasta fingir que lo tenía yo también.

Una última información. Hoy sumo ya 10 días :-)

A los pies de MAR.

helmut.

No hay comentarios:

Publicar un comentario