jueves, 16 de mayo de 2013

La Venus de las Pieles (libro)

Es curioso, mi atracción hacia la dominación/sumisión siempre había sido del lado del sumiso y sin embargo mis lecturas de clásicos de la literatura se habían reducido a dos obras del Marqués de Sade hasta que no hace tanto MAR, ¿quién si no? me regaló un libro que fue todo un acierto, "La Venus de las Pieles" de Leopold von Sacher-Masoch.

Supongo que toda obra hay que leerla teniendo en cuenta su contexto histórico para ser capaz de entender la transgresión que podía suponer esa novela (o las del Marqués de Sabe) en el momento de su publicación.

Como obra literaria no es lo más singular que he leído ni mucho menos, pero por su argumento es mucho más rompedor que otras obras tipo "50 sombras de Grey", de las que he leído muchas críticas y ni una sola buena.

Salvando las distancias que hay entre los dos protagonistas de la novela y los de este blog, sí hay algunas similitudes, como son el deseo del sumiso de entregarse a una mujer a la que ve como una Diosa, la adopción de un nombre especial decidido por esa Diosa, el profundizar día a día en la relacion explorando todas las posibilidades que ofrece, etc.

La edición que me regaló incluye dos contratos firmados por el propio autor (Leopold von Sacher-Masoch) con quien fue su Ama durante parte de su vida. Quizás fuese ése el único detalle que nos faltó reproducir. Lo comentamos pero antes de poder hacerlo realidad MAR tomó la decisión de poner punto a nuestra relación. A estas alturas no sé si se trata de un punto y aparte o punto final (desde luego con el tiempo que ha pasado ya no sé puede hablar de punto y seguido).

Pero soñaré con la posibilidad de que algún día cambie de opinión y entonces podamos comprometernos (los contratos siempre afectan a las dos partes) en los términos que Ella decida.

Tendré que ir pensando en un borrador...

A los pies de MAR.

helmut.

P.D. Cuando ya tenía esta entrada publicada MAR me ha enviado un par de fotos de un libro de para el que posó de manera muy sensual mostrando su espalda y sus piernas. Todo un lujo para un chico adorador de ese cuerpo como el de una Diosa.
¿Algún día podré volver a aplicar un masaje en su espalda? Sería, de nuevo, inolvidable.

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