miércoles, 25 de septiembre de 2013

Abstinencia

En el último encuentro con MAR tuve un orgasmo después de más de un mes de abstinencia.

Comencé a principios de agosto, con el inicio de las vacaciones. Al contrario de lo que se pudiera pensar no es mala época para una decisión así. Durante el año la rutina pesa y no es raro encontrar un momento, o provocar un rato que dedicarse a uno mismo y darse placer, sin embargo en vacaciones se rompe el horario habitual y aunque se dispone de más tiempo libre también se hacen más actividades que limitan el tiempo, además, también se hacen planes y viajes en compañía que no siempre propician momentos de relax, sino más bien garantizan que no habrá sexo.

Pero no nos engañemos, el paso de los días hace mella y se hace duro alargar el plazo y acumular placer.
Los primeros días e incluso la primera semana es más o menos fácil de sobrellevar. A partir de ahí se empieza a volver cuesta arriba muy rápidamente. Es fácil decirse a uno mismo que no se lleva tanto tiempo y que no pasa nada por volver a empezar pero ése es un pensamiento que hay que evitar.

Por otra parte está la automotivación, el reto de sumar un día más, uno tras otro, hasta llegar a una cifra relevante. Y en el caso de un sumiso, al.menos en el mío, poder ofrecer al Ama el sacrificio de renunciar al sexo por Ella. Hacer realidad el ofrecimiento de que sea Ella quien decida cómo y cuándo obtener placer. Y si es posible y Ella así lo desea, que ése momento de placer sea ante Ella, como consecuencia precisamente de someterme a sus deseos.

Pero una mente perversa, en este caso la mía, no queda en una espera pasiva hasta que llega el anhelado encuentro. En mi opinión, si ya tiene mérito pasar más de un mes sin correrse, aun más mérito tiene si durante ese tiempo se han forzado situaciones en las que uno llega casi al clímax pero justo antes de llegar a ese punto en el que el orgasmo ya es inevitable se para. A veces con una película, en otras ocasiones leyendo relatos, navegando por internet o fantaseando con postrarme ante Ella, me acaricio y llevo la situación al límite pero sabiendo parar a tiempo. Es una forma de darle más valor al período de abstinencia y también de soñar con más ganas el volver a estar a los pies del Ama. Y así ha sido este verano hasta que llegó el encuentro que relataba recientemente.

Después de ese encuentro ha habido sexo con una chica, casi 4 meses después de la última vez, que ya está bien. Pero después de lo de este sábado han pasado ya 4 días y aunque no hay nada previsto y ni siquiera conozco lo que opina realmente MAR acerca de estos retos de autocontrol no me extrañaría que fuera el inicio de otro período lo suficientemente largo como para estar orgulloso de él y que a Ella le haga sentirse halagada. Que sea Ella quien decida cómo y cuándo su perro obtiene placer.

No es extraño ver referencias a esclavos que llevan cinturón de castidad (lo del cilicio ya es menos frecuente) y esta abstinencia voluntaria es lo más parecido que puedo ofrecer. Además, a nadie se le escapa que la voluntad de un hombre se doblega ante la posibilidad de un orgasmo y si lleva semanas o incluso meses esperando ese momento, cuando llega la ocasión de presentarse así ante su Ama, Ella podrá conseguir de su esclavo todo lo que desee. Absolutamente todo.

En el último encuentro casi pactamos (o lo llegamos a hacer de verdad) que nos veríamos una vez al mes. Si así fuera firmaría con los ojos cerrados por retener el placer dentro de mí por complacer a MAR con mis masajes, con mis caricias, con mis besos, etc. y obtener, sólo si Ella así lo decidiera, placer en su presencia.

Deseando, soñando y fantaseando que ese momento pueda llegar pronto, me despido quedando

A los pies de MAR.

helmut

P.D. De todos modos, aun deseando poder volver a arrodillarme ante MAR lo que realmente deseo es volver a quedar con la chica más que con el Ama y poder cumplir otro montón de planes que quedan pendientes...

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