martes, 3 de diciembre de 2013

75 días

La semana pasada se cumplían 70 días justo el día que L.S. había venido a la ciudad.

Durante años fui reacio a encuentros con Amas profesionales. Tenía la sensación de que si había un intercambio económico por medio tendría dudas del verdadero carácter dominante del Ama.

Me dan pena, o risa, esos anuncios en los que una chica (no diré Ama porque en mi opinión no lo son) ofrece todo tipo de servicios de relax y, además, D/s. Y a gusto del consumidor, que se quiere Ama, pues Ama, que se prefiere que sea sumisa, pues a darle azotes. En fin, un encuentro sexual donde se ofrecen todas las variantes pero donde el cliente elige qué película quiere vivir.

Por otra parte, es cuestión de ley de la oferta y la demanda. Y para sacarlo de un contexto tan mercantil, la inversión que hace un Ama pro en vestuario, utensilios, instalaciones, etc. Quizás se sustituye cierta autenticidad por algo más de parafernalia.

Sin embargo, con el tiempo acabé en algunas páginas más especiales y viendo información de Amas que hablaban exclusivamente de D/s y sin dejar posibilidad de duda si dominante o sumisa. Claramente dominantes.

Aun así, han sido muchos y muy largos los períodos en los que no he tenido Ama pero tampoco he querido suplir ese hueco con un Ama pro.

Finalmente, llegó un día hace ya muchos años en que se juntaron varias circunstancias. Mi último Ama me había dejado hacía tiempo y ya no había visos de vuelta atrás. Tampoco encontraba nadie que me convenciera para ser un nuevo Ama y a la vez sentía que quería probar nuevas experiencias, evolucionar como sumiso, buscar nuevos límites y lo que leía y veía en algunas páginas me sugería nuevos caminos.

Así llegó el día de mi cumpleaños y fui a postrarme a los pies de mi primer Ama pro.

Pasaría mucho tiempo hasta que repetí un encuentro de esas características. Con el tiempo he estado con varios Amas pro pero casualidad o no, sólo he repetido encuentro con una de ellas, con L.S.

El balance no es malo. Quizás por no haber abusado de ese recurso. Es muy fácil tirar de cartera y demandar así una sesión. No obstante, siempre que he acudido a postrarme ante un Ama, ya fuera pro o no, lo he hecho con la misma mentalidad, la de no poner condiciones previas. No entiendo la sumisión de otra forma. Si me entrego a un Ama es en cuerpo y espíritu, sea quien sea. Quizás sea eso lo que le da autenticidad a esos encuentros independientemente del "origen" del Ama.

Con L.S. he vivido sesiones muy intensas. He probado la electroestimulación aunque jamás pensé que probaría nada relacionado con la electricidad. Me ha vertido cera de una vela a chorros, no por gotas, y por todo el.cuerpo hasta dejarlo bañado. Ha lubricado mi miembro con.su saliva mientras me acariciaba, ha dejado caer su saliva lentamente en mi boca y también me ha escupido con fuerza en la cara. Incluso en una sesión conjunta con otro Ama llegaron a dejarme la cara chorreando literalmente con sus escupitajos espesos. Reconozco que pocas veces me he sentido tan sucio y me ha resultado tan desagradable alguna práctica, y sin embargo me excité cuando le escribí a L.S. mi impresión sobre la sesión y hoy de nuevo al recordarlo.

En resumen, quizás si L.S. H
hubiera seguido visitando la ciudad con regularidad, o yo la suya, quizás hubiéramos convertido en costumbre lo que empezaba a serlo, un encuentro mensual. Lamentablemente ella desapareció y le perdí la pista. Seguro que hay quien piensa que no hay mal que por bien no venga y aunque la aparición de MAR en mi vida no tuvo nada que ver, con el tiempo se acabó convirtiendo en mi nuevo Ama.

A día de hoy, 11 meses después de que MAR decidiera prescindir de helmut, sigo sin poder estar seguro de si he recuperado a MAR o no, de si es mi Ama (aunque yo sí me siga considerando su sumiso) pero sólo la expectativa de un encuentro con MAR sigue siendo más fuerte que una sesión segura con L.S.

Así de fuerte es la influencia que tiene MAR en mi vida. De lo contrario ya tendría Ama o al menos lo hubiera intentado. Y desde luego, no llevaría ya 75 días de abstinencia...

A los pies de MAR.

helmut

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