jueves, 21 de noviembre de 2013

Tease & Denial

El título de esta entrada se podría traducir por calentar y denegar. Llevar al hombre (sumiso) a un punto de excitación elevado para en el último instante parar y frustrar su orgasmo. Ése es el texto que tiene en su whatsapp L.S. y es, en definitiva, lo que llevo haciendo yo desde hace 62 días.

Así es,62 días desde la última vez que me corrí (si exceptuamos el orgasmo espontáneo y repentino de hace ya 3 semanas).

No es una cifra cualquiera. Hasta ahora 62 días era el máximo tiempo que había estado sin correrme. Fue en la época en que tuve a S.L. como Ama. No confundir con L.S. de la que hablaba en mi última entrada.

S.L. era una estudiante de psicología muy abierta de mente y que igualmente merece entrada por sí sola aquí, aunque hoy sólo la mencione como destinataria del que, hasta hoy, había sido mi período de castidad más prolongado.

Cuando acabe este jueves habré superado mi récord. Sólo queda seguir siendo lo suficientemente fuerte como para resistir hasta que MAR pueda dar la orden a helmut de correrse y ojalá sea en su presencia, como destinataria de este sacrificio.

En alguna ocasión ya he mencionado que la primera eyaculación después de tantos días sin correrse no suele ser tan placentera como otra cualquiera. Eso tiene también su relación con el título de esta entrada y con lo que estuve leyendo esta semana a raíz de leer esas dos palabras.

Hay una variante al Tease & Denial o impedir que el sumiso alcance el orgasmo que consiste en hacer que llegue pero sin acariciarle ni dejar que se toque en el instante final. Es decir, cuando llega ese punto en el que en el orgasmo masculino ya no hay marcha atrás dejar de estimular su miembro. Es cierto que se correrá pero su placer será mucho más limitado que si la estimulación fuera completa hasta el final. No gay que buscar en internet por "ruined orgasm" para ver varios ejemplos.

No sé qué decidirá MAR para mí para poner fin a este período ni cuánto más se alargará desde hoy pero personalmente me siento muy orgulloso de este detalle y quién sabe, quizás una próxima sesión con MAR y con L.S. (que es quien da título a este texto de hoy) sea un buen momento para finalizarlo.

A los pies de MAR.

helmut.

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