miércoles, 19 de marzo de 2014

A los pies de MAR con R. de testigo

Hace justo un mes que vi a MAR por última vez. Estaba con su amiga R. que había venido a pasar unos días a Madrid y aprovechando que el día 19 estaban cerca de mi oficina me invitaron a tomar una cerveza con Ellas. Todo un regalazo en un día especial para mí.

Tan especial entre otros motivos que creo que ese día, fue la primera vez que una chica me leyó un poema, pero creo que eso será motivo de otra entrada. De todos modos, si una chica tenía que ser la primera en leerme algo así tenía que ser MAR, y es que es tan distinta al resto de la gente que tampoco me sorprende.

MAR ya me había hablado de R. antes de ese encuentro y también de sus dos labradores color canela. Si es que en el fondo no hay nada como poner un perro en tu vida.

En serio, fue un placer pasar ese rato juntos y ver lo maja que era R. aparte de resultar ser todavía más atractiva de lo que ya me pareció cuando vi alguna foto suya en las playas de Cádiz.

Esa tarde confirmé lo que ya imaginaba, que determinadas personas del círculo de MAR ya tenían acceso al blog. Debo confesar que me encantó saberlo. Es algo que alimenta mi vena exhibicionista, aunque sólo sea un exhibicionismo verbal a falta de otro tipo.

Por ahora sé que su amigo A. ya lo lee, el mismo al que vi cerca de El Corte Inglés paseando con MAR y Wilma. Y desde hace un mes también sé que R. ha entrado aquí.

Me pregunto qué pensará la gente cuando le pone cara y voz a alguien que se ha convertido en sumiso. ¿Qué pasaría por la mente de R. al conocer a alguien que ha probado la coprofagia? ¿A alguien que ha bebido lluvia dorada mezclada con ceniza? Supongo que entre otras cosas pensaría que las apariencias casi siempre engañan.

Lo que sí estoy seguro es que mi alma sumisa salió reforzada de ese encuentro. Considero que fue un paso más en mi entrega a MAR el saber que ELLA libremente tomó la iniciativa de hacer público este blog (su blog) sin necesidad de comentarlo antes conmigo y ni mucho menos pedir permiso. Es su regalo y como tal, lo puede usar como quiera, al igual que a su sumiso.

¿Acaso no tenía un punto humillante su pregunta, con gente delante, de si había follado desde la última vez que nos habíamos visto, que todavía era 2013? Sobre todo cuando ELLA ya sabía cuál iba a ser mi respuesta.

Y la prueba de todo esto fue la despedida cuando R., muy oportuna, insinuó que el "a los pies de MAR" debería ser real y fue un orgullo arrodillarme por primera vez en público ante MAR y con R. como testigo.

Hoy acabo de charlar con MAR y está lejos como para repetir esa despedida, así que me tendré que conformar con escribirlo y soñarlo:

A los pies de MAR.
helmut{MAR}

No hay comentarios:

Publicar un comentario