sábado, 22 de junio de 2013

Ursa (Sarah Douglas)



Hace unos días fue el cumpleaños de MAR aunque no vamos a poder quedar hasta la semana que viene. Eso me da cierto tiempo para preparar algo especial como celebración, tanto de su cumpleaños como de poder quedar con Ella.

Creía que se había ido con amigas a la playa pero no, ha sido con un amigo con el que tiene una relación muy especial, así que esta noche que pensaba sacar tiempo para ser travieso y, quizás, contárselo en vivo he cambiado de planes. Le regalaré mi tiempo actualizando el blog.

Últimamente no dejo de ver noticias relacionadas con Superman, de hecho empiezo a temer caer en la monotonía con el tema, pero se cumplen 75 años desde el primer comic y estrenan nueva película, así que está toda la labor de promoción en funcionamiento. Y dentro de esa promoción entra también el poner en televisión las películas de los 70 de Christopher Reeve (supongo que el único Superman para muchos de nosotros).

Aprovecharé la ocasión para mencionar quién fue mi primer mito erótico antes de cumplir los 10 años y posiblemente también, mi primera atracción por la dominación femenina, aunque en aquel momento no fuera consciente de ello.

En Superman II aparecen nuevos personajes respecto de la primera entrega, los prisioneros villanos de Krypton: el general Zod, el fuerte Non y la atractiva Ursa (interpretada por Sarah Douglas).



Recuerdo perfectamente su carácter, asombrándose de la debilidad de los hombres y jactándose de su poder sobre ellos. Con el tiempo caí en la cuenta de que la sensación que me produjo sólo la sentiría de nuevo entregándome a una mujer y abandonándome a sus deseos.

Son varias las escenas que me impactaron pero mencionaré sólo una. Están los tres prisioneros ya liberados en la Luna donde encuentran a varios astronautas estadounidenses. Ursa se burla de ellos al verlos con los trajes, los cascos, su torpeza de movimientos, etc. y ellos tres vestidos de negro y sin necesidad de máscaras ni nada por el estilo. Le llama la atención un escudo en uno de los trajes y lo arranca provocando la despresurización del traje y que el astronauta muera lo que le provoca la risa. ¿Hay algo más perverso, como el reírse por provocarle la muerte? Es el extremo del dolor hasta morir y disfrutar con ello. Lo estremecedor es que jamás olvidaré esa escena y mi verdadera fantasía sería dar con Ursa.

Ya encontré mi Ursa particular, alguien que ha conseguido disfrutar conmigo cosas que había soñado durante mucho tiempo pero que nunca había llegado a probar, al igual que yo he tenido la suerte de tener experiencias que creía poco menos que imposibles y se han acabado convirtiendo en fantasías recurrentes.

Sinceramente, no hay nada que Ella desee o le apetezca probar que no me gustara a mí. Desde aquí diré una vez más que todo aquello que se le haya pasado alguna vez por la imaginación para mí será un orgullo cumplirlo.

A los pies de MAR.

helmut

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