martes, 29 de octubre de 2013

chocolate vs sex & happy lola

Hoy tenía pensado hacer un regalo a la única chica con la que podría tener sexo más o menos de forma habitual, aunque me "castiga" teniéndolo de higos a brevas. Lo que no se imagina es que s lo mejor la próxima vez que le apetezca a ella soy yo el que dice que no. O quizás sí se lo imagina, que ya se lo hice una vez no hace tanto. Todo dependerá de lo que MAR quiera que haga, así de sencillo.

Volviendo a lo del regalo, he aprovechado la hora de la comida para dar una vuelta por una calle del centro, sin tener una idea clara de lo que andaba buscando. Al final me ha llamado la atención una tienda que tenía de todo, algo bien pensado para gente buscando un regalo y que no tiene claro el qué. En el escaparate había colonias pero una vez dentro había también jabones, fundas de móvil, relojes, ropa, comida y bebida de importación... de todo.

He acabado decididiéndome por un surtido de chocolate belga. Al fin y al cabo dicen que es un sustito del sexo, así que qué mejor detalle para una chica a la que no le debe de gustar follar y un tío que lo tiene prohibido por decisión propia.

Y mientras pagaba veo que justo delante de la caja hay un expositor de happylola.com Un montón de artículos dedicados a juegos eróticos: el típico dado que propone posturas, un patito vibrador para la bañera, pezoneras, antifaz y cuerdas, etc. Había hasta una palmeta para dar azotes y aunque en el estuche hablaba de chica mala que se lleva el azote todos saben ya a estas alturas que yo entregaría esa palmeta a MAR para que la usara, si le apetece, con helmut (yo mismo). Todo lo que sirva para "dar un paseo por el lado salvaje" (Lou Reed dixit).

Take Away Love - Happy Lola
http://happylola.com/es/take-away-love

No sé si al final me tendré que comer yo el chocolate, si propondrá sexo cuando nos veamos o si me seguirán poniendo fácil lo de renunciar al sexo con otras personas. Sea como sea seguiré estando

A los pies de MAR

helmut

domingo, 27 de octubre de 2013

primera sesión con S.

Vi su perfil en internet y no sé muy bien porqué envié un correo de presentación y a ella le gustó. Nos dedicamos a charlar unos cuantos días como suele ser habitual y finalmente fijamos una fecha para quedar.

Fui a la salida de su trabajo. En aquella época trabajaba en un teléfono erótico. A partir de ese momento cada vez que llamaba un sumiso se lo repartían entre una amiga suya que acabaría conociendo más tarde y ella.

Cuando bajó las escaleras nos fuimos a tomar una cerveza en plan tranquilo para charlar en persona y seguir conociéndonos. Fue una tarde muy agradable y los dos salimos convencidos de que habíamos dado con la contraparte adecuada.

Los fines de semana ella trabajaba en un bar de Chueca pinchando música y me citó para un viernes a la salida de su trabajo. Sólo puso una condición, yo debía llevar bragas negras sin costuras. Fui a El Corte Inglés a comprar lo que me había ordenado. Estuve dando vueltas por la planta de lencería femenina buscando y buscando. Al final acabé dirigiéndome a una dependienta. En esas situaciones se mezcla una parte de vergüenza por si sospechan que lo que compro es para mí, pero por otra parte es algo que hasta deseo, que esa chica joven que estaba al otro lado del mostrador, cuando me preguntó la talla y le dije que grande, una L por lo menos, hasta me encantaría que imaginara (acertara) que son para mí.

Llegó el día de ver a S convertida en mi Ama. Salimos a tomar una copa y después de un buen rato juntos llegó el momento de ir hacia su casa. Había que coger un buen tramo de autopista y mientras yo iba conduciendo me desabrochó el cinturón y el pantalón y metió su mano en mi entrepierna. Quedó satisfecha cuando comprobó que iba con bragas negras como me había ordenado. Y también con cómo había reaccionado mi miembro ante esa exploración.

Llegamos cerca de su casa y me guió hasta un camino rural antes de llegar. Me metí por él y en un recodo donde no se molestaba a nadie aparqué. Como hacía buen tiempo salimos del coche y ordenó que me quitara toda la ropa salvo las bragas. Me puso delante del capó e hizo que me apoyara sobre él. Casi quemaba pero no le importó. Es de esas cosas que suceden por casualidad pero que vienen bien en una sesión.

En esa postura lo que sobresalía era mi culo. S. cogió el cinturón de mi pantalón y lo convirtió en un látigo con el que me dio una tanda de diez azotes mientras los iba contando en alto. No quería oír mis quejidos pero no se reprimió en darlos con ganas.

Dejó el cinturón de lado y se acercó por la espalda, juntó su cuerpo contra mi culo y empezó a moverse como si me follara. ¡Qué sensación! Y con su mano empezó a explorar mi culo. Yo antes de salir de casa había hecho una limpieza a conciencia y creo que debía quedar algo de jabón que sirvió de lubricante. Y en ese momento ella empezó a meter un dedo, luego dos, así hasta meter todos salvo el pulgar. Luego sumó el pulgar y llegó lo más difícil, empujar con firmeza pero muy despacio hasta conseguir que entren los nudillos. Pero no es nada fácil, ni siquiera hoy día después de años de práctica, menos aun aquel día que era la primera vez que lo intentaban. Pero la sensación de tener buena parte de su mano dentro y todo su cuerpo detrás empujando era muy poderosa.

Finalmente tuvimos que desistir y acabamos entrando de nuevo en el coche. Seguimos jugando un buen rato. En un momento dado hizo que me pusiera de rodillas en el asiento de atrás y ella sentada en el asiento del copiloto mirádome y desde ahí volvió a intentar el fist fucking que hacía un rato habíamos dejado a medias. El ritual fue el mismo, un dedo, dos, tres, cuatro, juntar el pulgar... Se cuenta muy rápido pero lleva su tiempo. Hay que ir poco a poco, dilatando el agujero, hacer que el músculo se amolde al nuevo tamaño. Ir girando despacio los dedos para que se vaya abriendo en todas direcciones. Y también ir empujando suavemente, sin forzar límites. Por mi parte yo ayudaba separando mis nalgas con mis manos para facilitar el acceso. Y de repente, sucedió. Sentí que me abría más de lo que estaba hasta ese momento, me sentí lleno, a punto de explotar. En ese momento oí palabras de aprobación de S. que me decía que ya estaba. Yo no lo podía creer y llevé mi mano a mi culo y comprobé que tocaba su muñeca. ¡Todo lo demás estaba ya dentro! Uff. Qué sensación. No me podía ni mover, me sentía paralizado, como es habitual con una mezcla de dolor y placer. Ella giraba su puño dentro de mi culo despacio, como cuando se gira un picaporte sin querer hacer ruido. Me mataba de placer y antes de que me matara de dolor paró y sacó muy despacio su mano. Qué felicidad. Una fantasía cumplida. No sé el tiempo que llevaba soñando con eso. Recuerdo que empecé muy joven, puede que con 10 años, jugando con objetos en mi culo, aunque luego pasaron años, puede que otros 10 ó 12 hasta que recuperé esos juegos. Y después de tanto tiempo tener la mano entera de una chica en mi culo era como alcanzar una meta.

Vendrían después muchas más sesiones. De hecho creo que es el Ama con quien más tiempo y más sesiones he compartido y su recuerdo es imborrable.

Me ha hecho gracia, pero dee las Amas que conservo su teléfono ésta era la única que no tenía mascota y justo hoy que publico esta entrada veo en su perfil de whatsapp una foto de un perro blanco. No me he atrevido a preguntar pero se cierra un círculo. Mis Amas pasadas tienen perro. MAR también, tiene una perra. Lo que no sé es si MAR es un Ama del pasado o del presente. Lo que sí sé es que después de ELLA no ha habido nadie.

Y aunque he tenido la mano de MAR dentro seguiré practicando por si en el futuro decide volver a coger las riendas de helmut, o lo que es lo mismo, decide hundirme su fina mano hasta el final.

De hecho, este fin de semana he estado practicando. Un "ritual" como decidí llamarlo hace ya tiempo, pero quizás eso sea ya motivo de otra entrada.

A los pies de MAR.

helmut

jueves, 24 de octubre de 2013

33 días

Tenía pensado hacer otra entrada estos días, quizás continuar con el repaso a otros Amas que he tenido en el pasado pero me temo que no voy he podido evitar publicar ésta antes.

Hoy se cumplen 33 días desde la última vez que vi a MAR. No lo digo tanto porque lleve la cuenta (desde luego, con lo que echo de menos quedar con ELLA sería motivo suficiente), sino porque al mismo tiempo se cumplen 33 días desde la última vez que me corrí.

Una fecha un poco extraña para recordar, pensaréis. 33 días no es una cifra muy exacta que se diga pero tiene sentido recordarla. Mi récord en un período de abstinencia está en 60-62 días pero mi segundo período más largo era de 32 días que fue como me presenté ante MAR la última vez en septiembre, así que hoy ya puedo decir que he superado ese segundo récord y de nuevo en honor a ELLA.

Creo que tiene razón al decir que yo le doy mucha más importancia que ELLA a eso de renunciar al sexo pero para mí hacer este sacrificio es un orgullo.

No sé qué pasará cuando acabe este período, si seré capaz de empezar uno nuevo y si será por tanto tiempo, pero mientras dure éste, MAR podrá afirmar que hay un hombre (un perro) que ha decidido voluntariamente dejar en ELLA la decisión de cuándo, cómo y con quién tener sexo.

Y mientras tanto yo fantaseo con esa próxima vez y mi mente va incorporando nuevas posibilidades...

A los pies de MAR.

helmut

sábado, 19 de octubre de 2013

Una de las primeras sesiones con M.

En verano fui haciendo un repaso por los distintos Amas que había conocido en mis inicios como sumiso y en alguna ocasión he mencionado de pasada a las tres Amas con las que he tenido un mayor trato, así que quizás convenga hacer una breve mención a cada una de ellas. De hecho, este blog es precisamente un medio para recordar, comenzado en un momento en el que no tenía Ama y que debía servir para que helmut, ese alter ego sumiso que soy yo mismo, pudiera dejar constancia de sus experiencias y también de sus deseos.

Hablaré de M., que fue la última en pasar por mi vida y que este fin de semana seguro que estará celebrando su cumpleaños. Para ser sincero no sabría decir cuál fue exactamente la primera sesión con M. Sí recuerdo perfectamente que en su perfil había dejado una frase del tipo "me gusta dominar" y aunque la página era extensa esa frase no podía pasar desapercibida.

También recuerdo la tarde en que nos conocimos y que acabó en un pub irlandés charlando varias horas y donde descubrí a una chica excepcional con una vida interesante y a la que me hubiera gustado conocer antes.

Fueron muchas las sesiones que compartí con M. aunque me hubiera encantado que hubieran sido muchas más pero tendría que hablar con ella para ver cuál fue la primera de todas pero ya puestos, recordaré una de las primeras.

Fuimos a un parque de madrugada y dando un paseo acabó ella sentada en un banco y yo de rodillas frente a ella. Cerca había alguna residencia y quién sabe, quizás alguien llegara a vernos y se entretuviera un rato, aunque lo dudo. Al final me dijo que me daba permiso para lamer su sexo. Ya habíamos tenido alguna sesión antes pero nunca había podido darle placer oral, lo que sería un verdadero lujo para un sumiso y una de las cosas que más adoro hacer.

Sólo me puso una condición, para acceder a su sexo tenía que conseguir desabrochar su vaquero con mi boca.

Pocas veces he llegado a tener tanta ansiedad como aquella noche. Estaba a milímetros del cielo, tan sólo me separaba una tela y la opción de superar esa barrera estaba en mis manos. Bueno, si realmente hubiera estado en mis manos lo habría conseguido pero lamentablemente sólo podía usar mi boca y no fui capaz. Lo intenté durante varios minutos y apenas conseguí medio desabrochar el botón y bajar ligeramente la cremallera pero quedé lejos de ver el cielo abierto ante mis ojos.

Habría seguido intentándolo toda la noche pero el resultado no hubiera sido mejor. Llegó el momento en que M me ordenó que parara y muy a mi pesar me puse de pie y nos fuimos los dos del parque.

Supongo que ella sabía desde el primer momento que su sumiso no lo conseguiría pero a mí me habría encantado que la historia hubiera acabado de otra forma.

Más adelante tendríamos sesiones en las que pude llegar a hundir mi cabeza entre sus piernas y donde me permitió darle todo el placer del que soy capaz, pero aquella noche en ese parque estuve a punto de saborear el cielo sin conseguirlo y ella tuvo a un perro jadeando y haciendo todo tipo de intentos con su boca por poder lamer a su Ama. El espectáculo le entretuvo aunque dejó la recompensa para otra ocasión y también el darme el nombre con el que me identificaría: alpha.

Ha pasado ya mucho tiempo de aquello, también muchos años desde que supe de ella por última vez pero sigo guardando un magnífico recuerdo de todo lo vivido.

Y también ha pasado mucho tiempo desde la última vez que como perrito pude lamer a mi último Ama, exactamente un mes y 10 días (efectivamente, una eternidad) pero es algo con lo que sueño a diario...

A los pies de MAR.

helmut.

P.D. Tenía ya escrito el texto de esta entrada cuando MAR me ha enviado una foto de las bragas que ha comprado hoy mismo. Sale un pequeño perro con su collar y la frase "Oh my dog!" Me encantaría pensar que es precisamente una frase así la que pasa por su mente cuando me permite hundir mi boca entre sus piernas, exactamente donde está el dibujo de ese perro afortunado. Tendré que averiguar si ese perro se llama helmut.

sábado, 12 de octubre de 2013

21 días (BDSM en los medios)

El título de esta entrada se debe a dos motivos. Empezaré por el segundo y es que haciendo memoria recordaba un programa de televisión que Cuatro dedicó al tema del sadomasoquismo. Muchos recordarán el programa "21 días..." en el que Samanta Villar dedicaba 3 semanas a vivir una experiencia, ya fuera 21 días de gimnasio, 21 días de marihuana, hubo incluso 21 días en el mundo del porno y también hubo un programa dedicado al sadomasoquismo.

Éste del sadomasoquismo no es un tema que se trate con frecuencia en los medios y no sé qué impresión dejará en la gente no iniciada cuando ven escenas llenas de parafernalia, de cuero, latex, esposas y látigos sin que se expliquen con más detalle los motivos, los orígenes, etc.

Por una parte considero que no está mal que se dé a conocer al gran público, que gente a la que esto le parece que es cosa sólo de películas, fotografías o novelas que compruebe que hay otra gente que lo vive y lo practica en la realidad.

Por otra parte, en ocasiones la gente entrevistada que aparece en esos programas o artículos tiene la sensación de que la intención final de esos trabajos es despertar morbo y conseguir mayor difusión y no una labor de divulgación.

No he querido investigar en internet los comentarios que pueda haber de este programa en concreto, que ya no lo presentó Samanta Villar sino Alejandra Ucar, que con su cara dulce de no haber roto un plato en su vida se vio compartiendo 3 semanas con Amas, sumisos, etc.

Quizás el que no se limitara a entrevistar o grabar, sino también a vivirlo hiciera que ese programa sirviera para ilustrar mejor que muchos otros trabajos lo que puede llegar a haber entre un Ama y un sumiso.

No sé si alguien cambiaría su percepción del BDSM después de verlo pero en ocasiones he vivido una situación similar, siendo yo el cicerone que acompañaba los primeros pasos de otras personas en este mundo.

No es el caso de MAR, que aunque sin haber vivido una relación D/s antes, sí tenía unas actitudes innatas para ser un Ama, antes incluso de asumirlo por primera vez, lo cual hace que sea una evolución todavía más auténtica.

http://www.vertele.com/noticias/21-dias-en-el-sado/

http://vimeo.com/m/28435690


Hay un segundo motivo por el cuál he decidido publicar esta entrada con ese título de 21 días. Hoy se cumplen exactamente 3 semanas desde la última vez que alcancé un orgasmo. Desde entonces he vivido situaciones contradictorias, acabando en la cama con una chica que deseaba que empezara a tocarme y poder tener sexo pero también deseando que no lo hiciera para prolongar mi abstinencia con el objetivo único de poder entregar a MAR la llave de cuándo helmut ha de obtener placer. Y así ha sido, 21 días sin sexo ya que mi deseo es doble: por una parte superar los 32 días de la última vez que hice algo así, el mes pasado, y por otra dejar que sea MAR quien decida cómo, cuándo y de qué manera he de poner fin a este nuevo período de castidad. Por supuesto que tengo claro cómo me gustaría que fuera, en su presencia pero la decisión es suya y humildemente obedeceré.

A los pies de MAR.

helmut